Muchos de nosotros anhelamos para el cambio en nosotros mismos o en otras personas, y están trabajando duro para ver que sucede. En las iglesias gastamos a veces mucha energía tratando de cambiar a la gente que realmente no parecen querer ser cambiado, y nos puede dejar frustrado.
Últimamente un tema bíblico referente a esto ha estado en mi mente: el arrepentimiento. Creo que este tema es una de las claves para vivir en paz con nuestras frustraciones. El arrepentimiento en el sentido cristiano significa cambiar de rumbo o una actitud, es la comprensión de que he estado en el camino equivocado y yo no lo sabía. A menudo se acompaña de sentimientos de pesar y tristeza al darnos cuenta de que hemos lastimado a la gente, pecado contra Dios o simplemente jodido en general. Esos sentimientos son importantes porque nos impulsan a cambiar, no sólo sentir lástima. El arrepentimiento es completo cuando hemos cambiado nuestra forma de pensar y nuestro comportamiento. (un proceso que el ministerio 3DM llama el Círculo)
La clave de recordar para nosotros es que el arrepentimiento es una obra del Espíritu Santo, no de nuestras acciones. Es un don y no el resultado de la persuasión. Y debido a eso tiene mucha poder, vea Hechos 10 por un ejemplo. El Espíritu puede alcanzar la persona más orgullosa, romper la armadura mas poderoso o pasar por alto nuestras auto-justificaciones usuales.
Porque es una obra de Dios, no podemos hacerlo. Si Él no lo hace, no habrá ningún arrepentimiento. Si lo hace, habrá la oportunidad para el cambio. Pero nosotros no podemos. Y en esta hay descanso. Cuando sentimos la presencia de arrepentimiento, debemos continuar, pero donde no hay deberíamos hacer nuestra parte y luego esperar. Al igual que con la persona de la Paz en Lucas 10.
Con un poco de pensamiento más profundo sobre esto, tal vez tendríamos un poco menos frustraciones, ¿qué te parece?
